El Plebeyo
La noche cubre ya
Con su negro crespón
De la ciudad las calles
Que cruzan las gentes
Con pausada acción;
La luz artificial
Con débil proyección
Que esconde en su sombra
Venganza y traición.
Después de laborar
Vuelve a su humilde hogar
Luis Enrique el plebeyo,
El hijo del pueblo
El hombre que supo amar
Y que sufriendo está
Esa infamante ley
De amar a una aristócrata
Siendo plebeyo él.
Trémulo de emoción
Dice así en su canción:
El amor siendo humano
Tiene algo de divino,
Amar no es un delito
Porque hasta Dios amo,
Y si el cariño es puro
Y el deseo sincero,
¿Por qué robarme quieren
la fé del corazón?
Mi sangre aunque plebeya
También tiñe de rojo
El alma en que se anida
Mi incomparable amor.
Ella de noble cuna
Y yo humilde plebeyo
No es distinta la sangre
Ni es otro el corazón.
¡Señor! ¿Por qué los seres
no son de igual valor?
Así en duelo mortal
Abolengo y pasión,
En silenciosa lucha
Condenarnos suelen
A grande dolor;
Al ver que un querer
Porque plebeyo es
Delinque si pretende
La enguantada mano
De fina mujer.
El corazón que ve
Destruido su ideal
Reacciona y se refleja
En franca rebeldía
Que cambia su humilde faz;
El plebeyo de ayer
Es el rebelde hoy
Que por doquier pregona
La igualdad en el amor.
Felipe Pinglo Alva |
El Maestro Felipe Pinglo Alva, revolucionó el vals criollo, o vals peruano, dándole otra dimensión y forjando una escuela que hasta el día de hoy es seguida por los cultores de la música criolla en el Perú.