Se denomina Señora de Cao a la momia perteneciente a una gobernante de la cultura mochica que se cree gobernó el norte del actual Perú en el siglo IV d.C.
Luego de su descubrimiento en El Complejo Arqueológico El Brujo y de las investigaciones científicas de rigor, los avances fueron dados a conocer el 15 de mayo de 2006, por un equipo de arqueólogos peruanos dirigidos por Regulo Franco Jordan del Instituto Nacional de Cultura.
Su descubrimiento se compara con aquel del Señor de Sipán. Antes del hallazgo, se pensaba que sólo los hombres ejercían altos cargos en el antiguo Perú.
Se cree que la dama tenía el estatus de gobernante en la sociedad teocrática del valle del río Chicama, además de ser considerada un personaje casi divino.
El lujo de los adornos y vestidos que acompañan el fardo funerario de la mujer confirmaron el estatus de la gobernante.
La Señora de Cao, fue para algunos la autoridad suprema y para otros una Reina Guerrera que gobernó mil años antes que aparecieran los Incas.
Su pueblo estuvo conformado por 3,000 a 5,000 personas, dedicadas a actividades de pesca, agricultura, alfarería y textilería.
Detalle de la Tumba Real |
Su pueblo estuvo conformado por 3,000 a 5,000 personas, dedicadas a actividades de pesca, agricultura, alfarería y textilería.
Momia de La Señora de Cao |
El deceso de la gobernante de la cultura Mochica, aparentemente por complicaciones de parto , se produjo aproximadamente en el año 400 d. C., unos 150 años después del apogeo del Señor de Sipán, quien se considera el líder más antiguo que se conozca de esa región norteña del Perú.
Los restos momificados de la mujer, de 1.45m de altura y entre los 20 y 25 años, estaban cubiertos por 18 collares de oro, plata, lapizlázuli, cuarzo y turquesa, treinta adornos de nariz de oro y plata, diademas y coronas de cobre dorado.
En la tumba de la Señora de Cao se encontraron once ceramios, pertenecientes a tres períodos diferentes: Mochica, Salinar y Gallinazo. Este ceramio de caolín representa, al parecer, una escena de la infancia de la gobernante. Una curandera, envuelta en un manto en forma de pallar, impone las manos a una niña en brazos de su madre.
Además de la joven, custodiaban el cadáver de la gobernante, enterrada a dos metros de profundidad, un niño y cuatro hombres.
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